En la mañana del pasado martes 5 de marzo y dentro del ciclo “Charlas con emprendedores”, organizado por el Aula de Emprendimiento del IES Cantabria tuvo lugar la ponencia “Emprender en Silicon Valley”, impartida por Alberto Acedo, cofundador y director científico de la empresa BiomeMakers. En la sesión, participó un nutrido grupo de alumnos de los ciclos de Laboratorio Clínico y Biomédico, Documentación y Administración Sanitaria, Anatomía Patológica y Citodiagnóstico, Laboratorio de Análisis y Control de Calidad y Operaciones de Laboratorio. El formato streaming elegido en esta ocasión permitió el seguimiento tanto desde el salón de Actos como desde las aulas.
Alberto Acedo, Doctor en Biología Molecular, compartió con nosotros su experiencia de emprendimiento. Tras varios años como investigador del CSIC en la Universidad de Valladolid, en 2011 decidió participar junto con un amigo y experto economista, en el proyecto Genoma España dirigido a emprendedores en el campo de la biotecnología. Su idea sobre la creación de una empresa de análisis genético de enfermedades hereditarias resultó ganadora y, apenas tres años después, fue galardonada en el Certamen Nacional de Jóvenes Emprendedores 2014, que convoca el INJUVE (Instituto de la Juventud), perteneciente al Ministerio de Sanidad, por el desarrollo un test capaz de detectar el cáncer hereditario.
Pero su curiosidad y espíritu innovador le impulsaron a explorar otros campos y, tras un encuentro casual con algunos productores del sector vitivinícola, decide participar en un programa de aceleración para starups organizado por una empresa con sede en Silicon Valley, San Francisco. Su propuesta: Aplicar las técnicas de secuenciación de ADN de la medicina de precisión al diagnóstico biológico de suelos agrícolas para predecir riesgos potenciales y mejorar su rendimiento. La idea se materializó en BiomeMakers, una empresa que se funda en el año 2015 con dos socios y que hoy cuenta con 90 empleados repartidos por todo el mundo y que maneja un presupuesto aproximado de 25 millones de euros. Presentes en más de 20 países, preparan su expansión por África y Asia. Actualmente poseen una base de datos con 24 millones de referencias taxonómicas de bacterias y hongos algunos desconocidos hasta ahora. Y cuando preguntamos por el futuro de la empresa, Alberto nos habla de que el objetivo es lograr la “democratización” de la biología del suelo de manera que cualquier agricultor pueda acceder a los datos genéticos de su suelo a través de buscadores semejantes a los que usamos diariamente. Pero, como él mismo dice, los límites de su expansión están aún por descubrir y en el camino iniciado aún hay mucho por hacer.
En definitiva, todo un ejemplo de éxito basado en la innovación, la sostenibilidad y en el abordaje de desafíos ambientales que nos ha resultado profundamente inspirador.
