
La adquisición de habilidades académicas requiere una aproximación que reconozca el impacto del estrés derivado de la pandemia en los niños de todo el mundo y que se complemente con el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. El aprendizaje académico de las materias debe ir de la mano del aprendizaje socio-emocional, lo que implica que los niños se centren en sus capacidades de atención, sepan nombrar sus emociones, aprendan a resolver conflictos pacíficamente, sepan establecer metas, practiquen la perseverancia, aprendan a controlar su conducta y aprendan a desarrollar y mantener relaciones positivas que les ayuden al aprendizaje y al rendimiento en su curriculum educativo.



